¿Hacen bodas? Es una de las preguntas que más recibimos en Gracia (después de si dictamos talleres) y mi respuesta es: sí. Solo que, por ahora, estamos enfocados en las petites, esas bodas íntimas que pueden ser versiones civiles, donde los detalles lo son todo y nuestros clientes nos permiten jugar con cada una de las texturas que elegimos para ellos.
El sábado 30 de agosto cerramos el mes con un petite comité entre Sofía y Santiago, quienes celebraron su amor en la casa de los padres del novio, un lugar donde la biblioteca fue testigo de su compromiso. Sobre dos sillas de color verde, cada uno prometió su amor para siempre.
¿Nuestro papel? Representarlos a través de una de las flores con la que Sofía más se sentía conectada: las calas. Ya sea en tiras o simplemente por unidad, creamos con ellas diferentes composiciones para los distintos espacios, desde núcleos para un puente que diseñamos 100% libre de espuma floral, hasta una coqueta caída de ellas en la mesa de coser, que esa tarde se convirtió en la mesa del notario.
Pequeñas composiciones, pero con mucha intención, se ubicaron a lo largo de la sala, el comedor y la biblioteca, cada una siendo testigo del amor de ellos y su manera de ver la vida. Lo que más nos gusta de estos momentos es poder plasmarlos a través de un lenguaje que conocemos bien: el de las flores.
Aquí un pedacito de esta tarde de calas y movimientos.

























